Nos vino a recoger por la mañana un Land Rover con 2 turistas alemanes que también hacían la misma ruta, y pusimos rumbo al norte.
Después de hacer una breve parada al poco de salir de la ciudad para observar las vistas de toda la bahía, llegamos a un sitio donde entrenan a perros de los que tiran de los trineos. Algunos eran más inteligentes que algunas personas que conozco.
A los pocos minutos seguimos camino hacia los lagos.
Al poco de seguir tras la parada en el Paso Garibaldi, nos salimos de la famosa ruta panamericana (no oficial) y nos adentramos en el bosque. He visto pocos bosques tan frondosos como éste.
Por lo que parece, hace unas décadas trajeron de Canadá unos cuantos centenares de castores con la idea de utilizar su piel para hacer prendas de vestir. El experimento no salió bien y, como tampoco servían para ser comidos, los dejaron libres en estos bosques. Después de este tiempo hay como 150000 castores arrasando esta región.
Si bien el día fue muy soleado (por la mañana al menos), los días anteriores fueron muy lluviosos, lo que hizo que esos caminos que recorrimos tuvieran charcos y agujeros donde cabía el coche entero:
Llegamos a la parte trasera de uno de estos lagos (no recuerdo cuál) y estuvimos bordeándolo casi por el agua...
... hasta llegar a un punto donde dejamos el coche y empezamos a caminar.
No caminamos mucho; serían unos 20 o 30 minutos. Entonces llegamos a un punto en el bosque donde esta gente tenían improvisado una especie de campamento. A éste, Nacho y Pía habían llevado todo lo necesario para hacer una barbacoa de verdadera carne de vaca argentina: colita de cuadril (más magra -según ellos, más turística-) y vacío (un poco más de grasa y más sabrosa).
Echamos allí un buen rato comiendo tranquilamente (no puede ser de otra manera, aquí en Argentina) y volvimos por donde habíamos ido con 3 kilos más por persona... qué jartá de comer carne!!!
Llegamos de vuelta a la ciudad cuando comenzaba a llover nuevamente.
Después, más tarde, un paseo por el centro de la ciudad y un bocadillillo ligero en el mismo hotel. Todavía dura la jartá.
En resumen, por lo menos se nos ha ido un rato de la cabeza que estamos ansiosos porque el barco no se arregla.
Has comido carne sin acompañarla de una sidra bien escanciada??
ResponderEliminarSeguro que lo han acompañado de un buén vino argentino....
ResponderEliminarHombre!!!! un buen vinito argentino. La carne estaba de muerte. Tenemos que venir a cenar aquí algún día ;-D
ResponderEliminarjajajajajjajaja....yo me apunto a esa cena!!! joder con los bachecicos!!
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