Día 0: Ya estamos en Ushuaia

El viaje empezó bien: tuvimos un exceso de equipaje de 148 Kg, por lo que tuvimos que pagar 1100 euros!!! Pero bueno, no podíamos hacer otra cosa. Teníamos que llevarnos parte del equipo que no habíamos podido embarcar en Octubre en Cartagena.

Como llegamos con tiempo suficiente al aeropuerto, pudimos hacer toda la tramitación del cuaderno ATA y hacer ese pago con tranquilidad. Embarcamos sin muchos problemas para meter el SOLID en cabina (es una maleta grande que pesa unos 16 Kg y siempre tengo que dar muchas explicaciones y pedir favores para que me dejen no facturarla y meterla en cabina). Como no cabe en los habitáculos que hay sobre los asientos, la tienen que meter en algún armario destinado a la tripulación o alguna cosa propia del avión.

Llegamos a Santiago de Chile en un viaje apacible y tranquilo que no tuvo ningún contratiempo. La temperatura allí era de unos 15-16 grados y estaba soleado.

Aconcagua

Después de dar unas cuantas vueltas por el aeropuerto, encontramos la puerta de embarque para el siguiente vuelo a Ushuaia -Argentina- pasando por Punta Arenas. Lo lógico es pensar que se trata de un vuelo internacional con tránsito en Punta Arenas... pues no. Es un vuelo nacional, por lo que tuvimos que hacer entrada en el país con todos los bártulos.

A la hora de embarcar en el avión que nos llevaba a Ushuaia - Punta Arenas, tuve unos ciertos problemas con el personal de LAN del aeropuerto, que no me dejaban subir al avión con la maleta de SOLID. Decían que tenía que mandarla a la bodega. Después de unos cuantos pases de pecho y verónicas logré que me dejaran pasar con la maleta hasta el avión y que fuera el jefe de cabina de éste el que decidiera si podía tenerlo en la cabina o no. Apelar a esto es el último recurso, dado que son ellos los "propietarios" del avión y en él se hace lo que ellos decidan.

Así que me fui maleta en mano para el avión, preparando la cara de pena y un discurso lastimoso, y agachando las orejas. En resumen, que después de hablar un rato con ellos, enseñárselo y llorar un poco, me dejaron que el instrumento volara en la cabina con los pilotos!!! (no entraba en ningún otro sitio y el avión iba hasta la bandera de gente).

Tras unas 2 horas o así, llegamos a Punta Arenas, donde tuvimos que desembarcar con todo (SOLID incluido). Después de una tramitación de salida del país que duró unos 2 minutos o así (en algo se tiene que notar que soy andaluz, no?), volvimos a embarcar en el mismo avi{on. Vamos, que salimos, sellito y entramos otra vez al avi{on (mismo billete, mismo asiento, ...).

Y vuelta a empezar con los lloros y súplicas con la nueva tripulación que llevaba el avión. Afortunadamente, el jefe de cabina anterior había ya hablado con el jefe de esta nueva tripulación y me había allanado un poco el terreno. Además, el avión no iba lleno, por lo que el instrumento pudo viajar como veis en la foto.



Para que luego se diga que SOLID no viaja con clase...

En este vuelo coincidimos y conocimos al personal de Navantia que vienen a Ushuaia a arreglar el barco. Muy majos todos. En principio consideran que no es una reparación muy costosa en tiempo, aunque hasta que no desmonten y evalún todo no podrán hacer una estimación precisa del tiempo que les llevará arreglarlo. Aún así, por ahora se considera que salimos en la fecha prevista.

Después de 1 hora o así de vuelo, llegamos a Ushuaia, Argentina, donde nos recibi— un tiempo muy diferente del que nos había despedido en Santiago: totalmente nublado y a veces lloviendo, otras veces también, ...

Nos fueron a recoger al aeropuerto los del hotel, con lo que, tras hacer todos los trámites de entrada en la aduana del país (cuaderno ATA), nos llevaron rápidamente con las miles de maletas que traemos. La tramitación ATA fue bastante indolora, aunque llevó un cierto tiempo. El agente de aduanas se empeñaba en contarme una y otra vez los trámites que tenía que hacer. Menos mal que llevaba miles de documentos y fotocopias para entregárselo (había supuesto que podía tener algún problema al llevar un cuaderno ATA que no era para Argentina. Inicialmente íbamos a Punta Arenas). Así pues, tras casi 40 minutos de explicaciones y sellos y más explicaciones, me dieron todos los papeles. La verdad es que el señor fue muy amable y hasta me felicitó al final... (todavía no sé porqué).

Ushuaia es una ciudad llena de contrastes. Por las infraestructuras que tiene (por lo que hasta ahora hemos podido ver) no parece que sea una cuidad de 74000 habitantes. Por ejemplo, tiene muchas calles sin asfaltar (es fácil imaginar lo que se forma en estas calles cuando llueve como lo está haciendo estos días) mientras que el centro es muy europeo (muchas tiendas, muchos restauranes, bancos, edificios de media altura, ...).



Otra cosa que llama mucho la atención es que oscurece como a las 23:00 horas y sale el sol a las 5 de la mañana (o antes).

Centro de Ushuaia

El "averiado"

Estuvimos dando una vuelta por el centro y nos pasamos por las oficinas de la empresa encargada de la logística en Ushuaia (Wouk) para informarles de que estábamos ya en el lugar y dar nuestros contactos y documentación para que preparen el embarque cuando el Las Palmas esté arreglado. A ver si alguno de estos días puedo entrar al puerto y me enseñan la sala de máquinas y cómo lo están reparando (parece ser que se ha gripado uno de los cilindros... según los de Navantia, por mal uso... ;-) )

Por último, estuvimos cenando un poco y nos fuimos a descansar, que el viaje fue muy largo y ya hacía mella en todos nosotros.